Así lo ha destacado durante su intervención en el acto de presentación del documento elaborado por la Cátedra de Innovación de la Universidad de Extremadura y Fundecyt-PCTEX, del que se desprende un cambio de tendencia en la evolución negativa de los indicadores de innovación. El informe refleja que la tasa de innovación de la empresa extremeña ha pasado de un 38% en 2012 a un 42,86% en 2013, un incremento cercano a los 5 puntos porcentuales.

En este sentido, Cardesa ha destacado el papel de la innovación en estas cifras, ya que “innovar para la empresa hoy en día no es una opción, sino una necesidad: la del cambio de inercia del mercado”, ha dicho. El responsable de la Secretaría General de Ciencia y Tecnología ha subrayado el compromiso de la Administración para “crear conciencia y cultura de la innovación en la empresa, potenciando una economía basada en el conocimiento y procurando un Sistema Extremeño de Ciencia, Tecnología e Innovación eficiente”.

INVESTIGACIÓN EFICAZ, EXCELENTE, Y RENTABLE

Cardesa ha afirmado que el SECTI no sólo debe mejorar las conexiones existentes entre los generadores de conocimiento y tecnología y el tejido empresarial, sino que la investigación ha de financiarse “atendiendo a criterios de excelencia, eficacia y rentabilidad y orientación a las necesidades reales de las empresas”.

Para ello, ha recordado, el Gobierno de Extremadura ha puesto en marcha una serie de instrumentos como la Estrategia Regional de Especialización Inteligente, el V Plan Regional de Investigación, Desarrollo e Innovación, y la Agenda Digital de Extremadura, pilares del ecosistema extremeño de innovación. Además, ha añadido, “contamos con múltiples líneas de apoyo y financiación a las iniciativas innovadoras y proyectos pioneros en el país como la Oficina para la Innovación, que propone un nuevo modelo de transferencia entre las empresas y la investigación”.

Por su parte, Francisco Miranda, profesor de la UEx y uno de los autores del estudio presentes en el acto, ha subrayado que, a pesar de las dificultades del tejido empresarial regional, caracterizado por el pequeño tamaño de las empresas, el bajo presupuesto dedicado a la investigación y la ausencia de un departamento de I+D, todo apunta a un cambio en la tendencia negativa de los últimos 6 años, y que se está produciendo un repunte en el nivel de innovación. Aunque, también matiza, que “hemos crecido poco en I+D y estamos todavía lejos del grado de innovación de las empresas desde una perspectiva nacional”.