Este trabajo comenzó en el año 2012 con el objetivo de reducir los costes de alimentación de las explotaciones ganaderas, incrementando la rentabilidad de las producciones extensivas en ovino, caprino, vacuno y porcino ibérico. Hasta el momento se han puesto en marcha los trabajos con rumiantes.

Para ello estudian la posibilidad de integrar en las dietas de los animales residuos de industrias agroalimentarias regionales procedentes del tomate, la aceituna y la uva, que aportan valores nutritivos interesantes, según la variabilidad propia de cada uno de ellos. Dada la estacionalidad de la producción de estos coproductos, el planteamiento experimental es conservarlos mediante ensilados para poder disponer de ellos como fuente alimenticia durante todo el año.

En esta visita se ha mostrado el proceso de ensilado del tomate, que consiste en conservar en silos el residuo de éste, mezclado con paja. Así los ganaderos podrán utilizarlo, a partir de la cuarta semana de fermentación, en cualquier momento.

Con este trabajo se persigue no solamente abaratar los costes en alimentación dando respuesta a una de las principales demandas del sector, sino también aprovechar determinados subproductos de la agroindustria que se desecharían en condiciones normales, evitando incluso problemas medioambientales.

El uso de estos subproductos, en cada caso, podría influir además de forma positiva en la calidad de la canal, ya que aportan a la carne gran cantidad de antioxidantes naturales o ácidos grasos poliinsaturados, beneficiosos para la salud del consumidor.

Otros parámetros que también se estudian en este trabajo son la ingestión voluntaria del alimento y su digestibilidad, y aquéllos otros que determinan el valor nutritivo final en función del estado fisiológico de los animales.

Aunque los resultados aún no son concluyentes, los datos obtenidos hasta el momento apuntan efectivamente a una reducción de los costes de alimentación y a unos efectos positivos sobre la producción de carne o leche, como el aumento de la vida útil de la carne, dando lugar además a un producto más jugoso con características organolépticas apreciadas comercialmente.

En caprino, tras este primer año de investigación, se observan incrementos en la producción de leche, su composición y mayor rendimiento quesero, así como mejores pesos de los cabritos.